UN POCO SOBRE NOSOTROS

PHOTO BY GRACIELA VILAGUDÍN

No sabemos por qué todos se sorprenden cuando se enteran, pero sí, somos marido y mujer.

 

Silvia comenzó a trabajar ya desde muy joven en el mundo de la hostelería (mejor no hablar de edades…) y Jorge tuvo un pequeño contacto con el sacachapas en su época de los 20, aunque ya llevaba genética de su abuelo Pepucho, propietario de un bar muy conocido en la zona.

 

Como no podía ser de otra forma, nos conocimos entre whisky, ginebra y música. No pasó mucho tiempo después de comenzar a salir juntos cuando nos decidimos a coger el mando de nuestro primer negocio y abrimos nuestra “niña bonita”, como nos gusta llamarle a nosotros: el Giulietta.  Fue entonces cuando, de la mano de un buen amigo y gran profesional, descubrimos el mundo de la coctelería. Comenzamos poco a poco, sin imaginar que eso de “mezclar y agitar” nos robaría el corazón.

 

Pasaron unos años, era noche de San Juan y fuimos a parar a Malpica. Entre una cerveza, y dos, y tres… a otro buen amigo del mundo de la taberna se le ocurrió la maravillosa idea de mezclar Estrella Galicia con Mikolápiz. Sí si, el helado de toda la vida.

Caímos en un pequeño localito de playa, con vientos del noroeste y sin queimada. A pesar de la cerveza (y del Mikolápiz) enseguida vimos lo que allí se podía hacer. Una situación privilegiada, un lugar con encanto y, sobre todo, un nuevo reto. Sin saber aún muy bien cómo, llegó el verano y ya estábamos embaucados en nuestra siguiente aventura, el Area Chill Out.

 

Cuántas discusiones nos costó, cuántas teclas de calculadora, horas delante del ordenador, horas de trabajo, pruebas, kilómetros, llamadas de teléfono,… cuánto trabajo pero cuánta felicidad nos generó. Sabéis el refrán de “Busca un trabajo que te guste y no trabajarás en la vida”? Pues es cierto!

 

Fue allí donde descubrimos más a fondo este maravilloso mundo de la coctelería, donde pudimos comenzar a experimentar con nuevos productos, nuevas texturas, nuevos sabores… dos años de completo y continuo aprendizaje.

Gracias, todo hay que decirlo, a esos clientes que se dejaban aconsejar, que probaban todo cuanto había en la carta y nos daban la oportunidad de hacer cosas nuevas todas las semanas, porque sin ellos nada de esto habría sido posible.

Cada vez que recordamos todo lo que salía de aquel pequeño localito de la playa nos sale esa sonrisa tonta, y a día de hoy todavía nos sorprendemos de todo lo que llegamos a conseguir.

 

Fue a partir de aquella experiencia cuando supimos que queríamos dedicarnos por completo a esto, a mezclar, probar, crear, aconsejar, sorprender, aprender, sacar sonrisas.

 

 

Es en ese momento cuando nace COUSA RICA.